"(...) escribo en technicolor la canción de las noches perdidas, para vengarme de tantas tardes de lluvia en blanco y negro, de tantos hombres de traje gris, de tantas rubias de bote que se van con idiotas morenos que juegan al baloncesto, de tantas bocas adorables que nunca fueron mías, que nunca serán mías.
(...)
Pero no me quejo; tengo amigos y memorias y risas y trenes y bares y una mala salud de hierro y un puñado de canciones recién salidas del horno que me tienen (dejadme que os cuente) orgulloso como un padre primerizo que babea. Y, de cuando en cuando, una rubia de bote me tira un beso, desde el público, aprovechando un despiste de su novio; ese idiota moreno que juega al baloncesto."
Joaquín Sabina
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